Desde que empecé a hacer tartas con fondant sabía que algún día tendría que hacer a Bob Esponja....y ya está aquí, bueno estaba porque ya nos la tomamos, jeje (casi toda, que era muy grande)
Mario ya tiene 3 años, parece mentira, si hace nada estaba en la barriguita de mamá, y ahora es un torbellino que no para. Todos los primos lo han pasado genial, y los tíos y abuelos también.
Todo empezó ayer, día nuboso y ventoso en Almería, cosa rara a la que no estamos acostumbrados. El horno empezó a funcionar desde ya temprano. Esta vez el sabor elegido fue el chocolate, un habitual ya de los armarios de mi cocina, no puede faltar, jeje y no iba solo, lo acompañaba una fabulosa y riquísima crema pastelera de dulce de leche, y un no menos fantástico almíbar de ron y dulce de leche, combinación que me ha conquistado, deliciosa. Todo iba cubierto con ganaché de chocolate blanco.
La decoración es de fondant de miel y fondant de chocolate.
Me las prometía muy felices cuando empecé pensando que sería muy fácil, pero tuvo su dificultad al final, no creáis. Si os cuento que lo que más me costó hacer es la lengua, ¿os lo creéis?, jaja, con la cosa más tonta, pero no me salía.
Y al ser un día tan nublado las fotos no son muy buenas. Es una lástima porque el resultado final nos ha gustado mucho a todos, y espero que a vosotros también.
Un saludo y hasta muy pronto.
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