Esther quería sorprender a una amiga que acaba de ser mamá y me pidió que pensara en una tarta bonita para regalarle y lo primero que me pasó por la cabeza es hacer un bebé durmiendo. También quería que fuera de color rosa así que partiendo de esas ideas surgió esta tartita tan bonita y tan rica.
Está hecha con un bizcocho de yogur cortado con la técnica de la tarta blanca, es decir, cortándola dejando un aro exterior y el interior cortando discos que después se van rellenando. Para montarla se pone primero el aro y después se van intercalando círculos de bizcochos humedecidos con leche y un poco de licor (de bellota, que está buenísimo, por cierto) y la crema que se elija, en este caso lleva ganache de chocolate blanco, crema pastelera de chocolate y crema pastelera de dulce de leche (me repito mucho, pero como están tan buenas, me las siguen pidiendo así).
Puse el último disco y no me cabían más así que no puse la tapa, lo recubrí con ganache de chocolate blanco que haría después de "pegamento" del fondant.
Recubrí con fondant de nubes para aprovechar unas nubes rosas que tenía, aún así tuve que añadir un poco de colorante rojo porque era demasiado clarito.
Los demás adornos están hechos con fondant de miel
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