Galletas de mantequilla con miel y sin huevo

El último día de colegio mi hija quiso llevar unas galletas para compartir con su seño y sus compañeros y, como tiene dos amigas alérgicas al huevo, probé a hacer las galletas de siempre cambiando este ingrediente por miel. Pero no la miel pura, si no una que va mezclada con jarabe de glucosa, con la que hago el fondant de miel.

Quedan muy ricas y además he comprobado que aguantan más tiempo crujientes.

Ingredientes

250 g de mantequilla blanda
250 g de azúcar glasé
75 g de miel
una cucharada de esencia de vainilla
600 g de harina

Elaboración

Se bate la mantequilla

Cuando tenga una textura cremosa, se le incorpora el azúcar a cucharadas hasta que se integre totalmente y quede una mezcla bien cremosa.

Se le pone la miel y la vainilla y se vuelve a mezclar todo muy bien.

Se le incorpora la harina a cucharadas a la velocidad más baja del robot.

Cuando hayamos añadido toda la harina tendremos una masa que no se pega a los dedos. Y si nos ha quedado demasiado seca, le podemos añadir una cucharada o dos de leche, siempre cuidando de no pasarnos.

Colocamos un papel de horno en la mesa y encima la masa y la estiramos con un rodillo. Para que quede más lisa ponemos también un papel sobre la masa y seguimos pasando el rodillo.

Esta masa estirada la ponemos en una bandeja y la metemos en el frigorífico unos minutos.

La sacamos y cortamos con la forma que más nos guste.

Colocamos las galletas en la bandeja donde las vayamos a hornear y las metemos en el congelador unos 15 minutos (con esto conseguimos que no se deformen ni se hinchen demasiado)

Horneamos a 180 grados unos 10 o 15 minutos. Estarán cuando empiecen a dorarse por los bordes.

Las sacamos  y las dejamos en la bandeja unos cinco minutos. Después las colocamos en una rejilla hasta que se enfríen totalmente.

Quedan muy bien, son fáciles de trabajar y están muy ricas.
Y para que todavía estuvieran más buenas les puse chocolate y unos caramelitos, a los niños les encantaron.

Espero que os guste.

Un beso.