Ahora que por fin ha llegado el calor os traigo una tarta que no necesita horno, que es muy sencilla y que se hace en un momento, y además, está muy rica, nada empalagosa y fresquita.
Ingredientes (molde 24 cm, unas 18 porciones)
200 g galletas tipo digestive o maría
60 g de mantequilla derretida
400 g de queso crema
200 g de leche condensada
600 ml de nata para montar
5 láminas de gelatina
80 ml de leche
una cucharadita de esencia de vainilla
un mango
2 láminas de gelatina
Elaboración
Trituramos las galletas con la mantequilla derretida y con esta mezcla cubrimos la base de un molde desmoldable. Lo metemos en la nevera y seguimos con la preparación.
Ponemos a hidratar la gelatina en agua fría.
Batimos con las varillas el queso, la leche condensada y la vainilla. Por otro lado, montamos la nata.
Calentamos la leche en el microondas y deshacemos en ella la gelatina, la incorporamos a la crema de queso y añadimos también la nata e iremos mezclando con cuidado hasta que esté todo bien incorporado. Después la ponemos sobre la galleta que ya teníamos y la metemos en el frigorífico.
Pelamos el mango y lo trituramos. Calentamos en el microondas dos cucharadas del mango y deshacemos en él las dos láminas de gelatina que habremos hidratado en agua fría previamente, lo incorporamos al resto del mango y con cuidado lo ponemos sobre la tarta que ya tendremos fría.
Metemos la tarta en la nevera y esperamos unas horas hasta que esté bien cuajada.
Espero que os guste
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