Para la comunión de Maite, su mamá pensó decorar la mesa dulce con unas bonitas galletas, que además, podría repartir después entre la familia y los amigos.
Me dijo que fueran en rosa y beige y que llevaran la M, y yo, para no dejarla sosa, la fui pintando con distintos detalles. Fue un trabajo laborioso, pero del que acabé muy satisfecha, y lo mejor, es que también le gustaron mucho a Maite y a su mamá.
Espero que os gusten.
Besos.
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